El ministro Sergio Massa recibirá mañana a los representantes de las petroleras para cerrar la extensión del acuerdo de Precios Justos para marcar un sendero de aumentos controlados en torno al 5% y al 10%, de modo de evitar un impacto en la inflación de los próximos meses.
El objetivo es cerrar 2023 sin saltos drásticos en el precio de los surtidores, pero chocará con las presiones de las empresas que reclamaron un piso del 20% y un máximo del 40% para las remarcaciones desde noviembre.
Fuentes el Palacio de Hacienda, dejaron ver el malestar de Massa ante el desabastecimiento de combustibles que se profundizó durante el fin de semana y que hoy comenzó a distenderse. “Estoy esperando el informe de entrega de naftas en las estaciones de servicio para evaluar y tener mi postura en la reunión de mañana”, aclaró el ministro, según la reconstrucción de las fuentes consultadas.
Sucede que el candidato presidencial de Unión por la Patria vio detrás de la falta de oferta, dos posibles disparadores: un boicot a la campaña del oficialismo, con un ruido fuera de agenda que lo desenfocó del debate político pre balotaje; o una especulación de las empresas para presionar por actualizaciones de precios, atentas a las urgencias del esquema electoral y la necesidad del Gobierno de distender a toda costa la crisis.
Reunión para acordar los nuevos Precios Justos
“Si hubiese faltante de diésel, se puede atribuir a la falta de dólares. Pero las naftas súper y premiun se produce en la Argentina”, afirmaron fuentes del entorno ministerial, que además de señalar que las petrolera “querían 40% de aumento en la nafta, porque el barril criollo está barato”. “Primero esperaban una devaluación después de la elección que no vino; luego esperaban 40% de aumento para después del congelamiento; y ahora dicen que se conforman con un 20%”, aseguraron funcionarios que son parte de la negociación.
Massa está enojado con el escenario que tuvo que enfrentar de manera, casi, personal. “Ni 10% va a haber. Algo va a haber, pero más cerca de la pauta de Precios Justos”, se le escuchó decir en los pasillos del Palacio de Hacienda. Para el ministro, existió un plan de stockeo de naftas para generar un caos de reclamos que obligue al Gobierno a remarcar y liberar la oferta.
“Les bajamos impuestos para mantener el precio. Les bajamos impuestos para las importaciones. Les dimos libre disponibilidad de divisas y un dólar diferencial para exportaciones. La compañía es una, no pueden separar un sector de la cadena del otro. Subieron la rentabilidad y nos pulsean para ver cuánto de abastecimiento local y cuánto internacional”, razonó la fuente oficial, quien descartó un tratamiento diferencial entre refinerías y producción.
Acuerdo con la UIA por deuda comercial: es flujo, no stock
En medio de las negociaciones por los combustibles, Massa visitó a la Unión Industrial Argentina, y aclaró que la crisis por faltantes estaba en plena solución. La preocupación era una ruptura de la cadena logística de las fábricas. En ese reducto, la mayor complicación estaba puesta en la deuda comercial de las empresas con proveedores del exterior, ante la sequía de dólares del Banco Central.
“Ese verso de la preocupación de la deuda comercial se inició cuando (Carlos) Melconian empezó a tirar la diferencia entre el stock y el flujo”, les dijo el candidato presidencial a los industriales, quienes coincidieron en desestimar el plan que tenía el equipo económico de la excandidata Patricia Bullrich para pagar las obligaciones de las empresas en el comercio exterior.
Massa les dejó definiciones sobre la unificación cambiaria reclamada por los industriales: “Confluir en un camino de simplificación cambiaria sin dolor. Una devaluación brutal, como la que plantea (Javier) Milei con la dolarización, conmigo no cuenten. Tenemos que ir caminando en la reducción de las brechas sobre la base de incremento de reservas y de exportaciones, reducción del gasto público, un diseño de incentivo adicional de los bonos argentinos para recuperar el mercado de capitales de sector público y del sector privado”, les dijo a los empresarios, según reconstruyeron fuentes que participaron del encuentro.
Invitación y guiño a la integración al gobierno de unidad nacional
También, sostuvo que va a “aprovechar el bajo volumen de vencimientos que tiene el 2024 la Argentina para generar un adicional que permita que el que tiene bonos argentinos más largos, pueda hacerse de alguna rentabilidad anticipada, a cambio de generar un nuevo instrumento que le dé nuevamente participación en los bonos soberanos de Argentina”.
Se habló, también, del blanqueo de capitales que pretende aplicar si llega a la Casa Rosada desde el 10 de diciembre. Y cerró con una invitación a los industriales para “participar del gobierno de unidad nacional como Unión Industrial, sin identificación partidaria”. Los integrantes del Comité Ejecutivo le dieron su venia, según confesaron alguna de las fuentes consultadas.
“La agenda del encuentro se dividió entre las propuestas de la UIA para mejorar la competitividad, la logística, reducir las asimetrías, los incentivos a la inversión y a la formalización laboral, la creación de empleo registrado, la generación de divisas por exportaciones de valor agregado y el desarrollo federal. Por otro lado, los temas de coyuntura que afectan la producción industrial como el comercio exterior, el pago de insumos y servicios en moneda extranjera y la deuda comercial que afecta a las empresas argentinas”, sostuvo un comunicado de prensa de la UIA.
Acompañaron a Massa, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren; el vicepresidente segundo del Banco Central, Lisandro Cleri, y el jefe de asesores del Ministerio de Economía, Leonardo Madcur.