El acto central tendrá lugar por la tarde, en el monumento histórico a los caídos en la Ruta 11, cerca de Margarita Belén. A partir de las 16, comenzará la concentración en la Casa por la Memoria para organizar la caravana hacia el sitio, en las inmediaciones donde se produjo el fusilamiento clandestino que intentó ser disfrazado de enfrentamiento.
La Masacre.
Se conoce como “Masacre de Margarita Belén” la tortura y el posterior asesinato de un grupo de detenidos políticos en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco el 13 de diciembre de 1976 a unos 30 kilómetros de Resistencia, camino a Formosa.
El fusilamiento clandestino fue disfrazado de enfrentamiento en la Ruta 11, en cercanías de la localidad de Margarita Belén, durante el traslado de los detenidos de Resistencia a Formosa.
Distintos documentos oficiales de la dictadura prueban el alto grado de planificación que tuvo la Masacre.
La tarde del domingo 12 se realizaron los preparativos en la Alcaidía, donde fueron concentrados detenidos políticos trasladados desde la prisión U7 y de la Brigada de Investigaciones. A partir de las 20 h del domingo comenzaron las torturas al grupo de recién llegados, junto con presos políticos en cautiverio en la Alcaidía.
En horas de la madrugada el convoy del supuesto “traslado” partió hacia la Ruta 11, donde los presos políticos -maniatados y extenuados por la tortura- fueron ejecutados.
El 16 de mayo de 2011 ocho militares fueron condenados a prisión perpetua por ser considerados autores materiales de los homicidios.
Un policía fue absuelto por insuficiencia probatoria. La investigación judicial continúa: existe una lista de más de veinte imputados (colaboradores civiles, funcionarios judiciales) y queda por resolver la restitución de los cuerpos de los asesinados que permanecen desaparecidos.
Los militantes caídos.
Fueron jóvenes, militantes sociales y políticos en la Argentina de los 70. Vidas que se encontraron creyendo en un proyecto común de justicia social
Algunos habían optado por una manera de encarar la construcción de un país más justo: la lucha armada; otros no.
Pero desde antes de estas opciones, habían trabajado por sus ideales de otras formas. Murieron juntos. Por alguna razón fueron “elegidos”, “seleccionados” con algún criterio por la dictadura militar.
No fueron juzgados, no se les probó culpa alguna, no les dieron condena. Fueron masacrados, salvajemente torturados -algunos hasta la muerte de dolor y sufrimiento- y otros finalmente fusilados.
El recuerdo de sus vidas está presente en las familias y en los amigos, y en muchos más que apostamos a crecer desde la memoria.
El testimonio de sus muertes tampoco es olvidado, porque no hay justicia sin memoria y castigo a los asesinos, a los abusadores del poder.
Ellos son:
Alcides Bosch
Carlos Alberto Duarte
Carlos Alberto Zamudio
Carlos Enrique Tereszecuk
Delicia González
Dora Noriega
Eduardo Fernández
Emma Beatriz Cabral
Fernando Gabriel Piérola
Julio Andrés Pereyra
Luís Ángel Barco
Luís Arturo Franzen
Luís Díaz
Manuel Parodi Ocampo
Mario Cuevas
Néstor Carlos Sala
Patricio Blas Tierno
Ramón Luciano Díaz
Ramón Vargas
Raúl Antonio Mendez
Raúl María Caire
Reynald Amalio Zapata Soñéz
Roberto Horacio Yedro