La instalación de un circuito cerrado de TV de última generación en los accesos a la Explanada de las Mezquitas ha sido la solución temporal encontrada por Israel para rebajar la tensión tras el estallido de violencia en Jerusalén Este y Cisjordania que amenaza con prolongarse en el tiempo y que ya ha provocado once muertos en poco más de una semana.
El nuevo sistema de vigilancia permitirá a la policía identificar a aquellos que puedan llevar objetos metálicos cuando entren en la Explanada de las Mezquitas, y proceder a un cacheo con la ayuda de un detector de metales manual.
De esta forma el ejecutivo hebreo podría encontrar una salida honrosa a la crisis, mientras mantiene unos mínimos estándares de seguridad. El gobierno de Israel aún no informó si las cámaras sustituirán a los detectores de metal o si, al contrario, son señal de un aumento de la seguridad.
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La colocación de las cámaras se hizo aprovechando el espacio de tiempo entre el último rezo nocturno del domingo y el primero de la madrugada del lunes en la entrada anexa a las Puerta de los Leones. De forma complementaria, la policía ha colocado todo un entramado de vallas, estrechando los puntos de entrada para así maximizar la eficacia de las cámaras y que éstas prevengan a los agentes sobre cualquier persona que pudiera llevar algún arma o explosivo escondido bajo la ropa o en alguna bolsa o mochila exterior.
Desde mediados de julio, cuando escaló la tensión, los choques dejaron seis palestinos y cinco israelíes muertos.
Oraciones fuera del Monte del Templo en Jerusalén antigua el 19/07/2017. En el ingreso el Monte del Templo se instalaron detectores de metal y muchos musulmanes se negaron a pasar por allí (Jinipix/DPA)
Igualmente, el consejo de ministros adoptó otras decisiones durante su reunión ordinaria de los domingos, que en esta ocasión no estuvo exenta de controversia. Si bien hubo un consenso a la hora de ordenar la demolición de las viviendas familiares de los tres jóvenes árabes de la localidad de Um El-Fahem que el 14 de julio atentaron contra dos agentes de policía, no se logró a la hora de aplicar la pena de muerte al joven palestino que el pasado viernes asesinó a tres miembros de una misma familia tras infiltrarse en la colonia de Halamish, en el centro de Cisjordania.
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Así lo pidieron los ministros del partido ultranacionalista HaBayit HaYehudi como Naftali Bennet (Educación) y Ayelet Shaked (Justicia) que abogaron por aplicar el código militar heredado del Mandato Británico –que permite la pena máxima. Por su parte, Netanyahu, apoyado por los del Likud y los de Kulanu, prefirió no abrir la caja de Pandora en un “gesto de responsabilidad”. De hecho, el ordenamiento jurídico israelí no contempla la pena de muerte.
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La masiva presencia policial en todos y cada uno de los accesos del casco antiguo de Jerusalén contribuyó a disminuir el número e intensidad de disturbios en la parte oriental de la ciudad. Aún así éstos se reprodujeron coincidiendo con el rezo de la tarde en los barrios de Ras Al-Amud y A-Tur.
El ulular de las ambulancias siguió escuchándose por la subida al Monte del los Olivos, en donde se encuentra el Hospital Makassed, el establecimiento en el que fueron atendidos buena parte de los heridos en los últimos choques. Como en días anteriores, también se registraron disturbios en puntos de Cisjordania.