Puerto Rico está en vilo.
Menos de dos semanas después del paso del huracán Irma, ahora la isla se prepara para el embate de María, un poderoso ciclón de categoría 5 con vientos máximos sostenidos de 257 kilómetros por hora.
Pero si un golpe de suerte desvió la trayectoria de Irma hacia el norte y sus estragos sobre Puerto Rico fueron menos de lo que se llegó a temer, esta vez, parece, no podrá escapar.
María se dirige «inevitablemente» al estado libre asociado de Estados Unidos con sus fuertes vientos y su poder destructor, luego de dejar un rastro de devastación en Dominica, Guadalupe y Martinica.
«Es un huracán tan fuerte que ya no pretendemos proteger nada material, nos conformamos con salvar el mayor número posible de vidas«, asegura a BBC Mundo Abner Gómez Cortés, director ejecutivo de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres.
Gómez explica que se espera que los primeros embates sobre la isla comenzarán en las últimas horas de este martes o inicios del miércoles, por lo que las autoridades declararon la «alerta roja».
«Ya es categoría 5. Nuestra mayor preocupación ahora son las comunidades cercanas a la costa, donde hay muchas residencias de madera o en mal estado. Se espera que el mar golpee fuerte y por eso las personas que viven en esa zona son ahora una prioridad», comenta.
El gobierno de Puerto Rico decretó una ley seca para las próximas 48 horas y ordenó el desalojo preventivo de áreas residenciales cercanas al mar y de otras áreas vulnerables.
«Hay zonas en Puerto Rico donde se acumula mucha agua y también está el peligro de las marejadas ciclónicas. Sabemos que las daños materiales van a ser grandes, pero queremos que la pérdida de vidas humanas sea lo menor posible», asegura.
Aunque el centro de Irma pasó a unos 56 kilómetros de la costa de Puerto Rico, el huracán dejó seis muertos, cuantiosos daños materiales y casi el 70% de la isla sin electricidad.
De acuerdo con Gómez, ante el inminente paso de María, el gobierno decidió aumentar el número de refugios disponibles, que ascenderán hasta 499 y tendrán una capacidad para albergar entre 90.000 y 150.000 personas.
No obstante, señaló que la evacuación en la isla es voluntaria, por lo que llamó a las personas a acudir a los refugios de forma inmediata.
«Estamos esperando lo peor y por eso estamos apelando al pueblo para que sea proactivo«, dijo.
Gómez explicó que el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, envió al presidente de Estados Unidos una solicitud para que declare a Puerto Rico en estado de emergencia, lo que se materializó en la noche de este lunes.
Tras el paso de Irma, Trump aprobó una declaración federal de desastre para 10 municipios de la isla, los más afectados entonces.
«Una fuerza destructiva muy poderosa»
El meteorólogo Eric Blake, del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, explicó a BBC Mundo que aunque las islas caribeñas están acostumbradas al paso de ciclones cada año, no es usual que sean azotadas por uno de categoría 5.
«Estamos hablando de vientos de más de 252 kilómetros por hora. Eso es una fuerza destructiva muy poderosa y Puerto Rico hace casi 90 años que no vive algo así. Probablemente, hay muy poca gente viva que pueda recordar un ciclón como este en la isla», comenta.
Y es que, de acuerdo con el especialista, los efectos de María sobre la isla solo serían equiparables con un huracán conocido como «ciclón de San Felipe», que arrasó la isla en 1928 y dejó más de 300 muertos.
«Incluso, si se debilitara un poco al tocar tierra en el Caribe y pasara como categoría 4, la última vez que Puerto Rico vivió algo así fue en el notorio ciclón de San Cipriano, en 1932», explica.
«La gente está como loca». La preocupación entre la población ya es generalizada.
En los supermercados escasea el agua para beber, las baterías y los enlatados, mientras en las gasolineras las filas de espera para abastecerse pueden ser de hasta dos horas, según contaron varios residentes de la isla..
«La gente está como loca, muy estresada. La vez pasada nos libramos, pero parece que esta vez no vamos a escapar. Hay mucha preocupación, porque todavía hay personas que no tienen ni luz de cuando pasó el otro ciclón», comenta Tamiris Aldarondo, una residente de San Juan.
De acuerdo con Aldarondo, varios barrios e incluso, los alumbrados públicos y los semáforos de muchas calles de la capital se encuentran sin servicio eléctrico desde el paso de Irma.
Felipe Torres, residente de Santurce, uno de los distritos más poblados de la capital, indica que muchas personas que habían quitado las protecciones de sus viviendas para los vientos han vuelto a colocarlas y otros tantos han buscado la forma de escapar de la isla.
«Hay mucha gente que ha tratado de viajar a Estados Unidos, pero las aerolíneas se aprovechan de esta situación y ya los boletosvalen más de mil dólares, casi cinco veces lo que generalmente cuestan«, comenta.
Los centros educativos cancelaron las clases y muchos comercios y negocios en zonas costeras cerraron desde este lunes.
«Uno va por la calle y de verdad siente la preocupación de la gente, porque no es solo lo que pase con el huracán, que ya de por sí es grave, sino por lo que pueda pasar después», asegura Aldarondo.
Puerto Rico atraviesa una de las crisis económicas más graves de su historia, con una deuda de más de 120.000 millones de dólares, cerca del 11.5% de la población se encuentra sin empleo y casi la mitad de sus habitantes viven por debajo de los índices de pobreza.