Los rusos comparten una base en la costa nicaragüense del Pacífico y aspiran a un puerto de aguas profundas en la costa del Caribe; tienen además una estación satelital junto a Managua que podrían usar para escuchas.
¿Será Nicaragua para Rusia su Cuba del siglo XXI?. En los últimos años, la penetración estratégica del Kremlin en el gran área de seguridad de Estados Unidos ha sido especialmente notable en Nicaragua, pero también ha habido movimientos de Vladimir Putin en relación a Cuba y a Venezuela y además está acelerando sus contactos con El Salvador.
Todo parece indicar que esta vez Moscú prefiere tener varios huevos en el cesto y no jugarlo todo a una carta como sucedió con Cuba en la segunda parte del siglo XX, dadas las incógnitas sobre la perdurabilidad de los regímenes vigentes en cada uno de esos países (en la Guerra Fría los alineamientos eran más estables).
Nicaragua, en cualquier caso, es el país donde hasta ahora se ha producido el regreso más visible de Rusia al Gran Caribe.
La vuelta al poder de Daniel Ortega en 2007 propició un acercamiento primero en forma de asistencia económica y más recientemente, a medida que se consolida el poder autocrático de Ortega, como colaboración estratégica.
El jefe del Comando Sur estadounidense, Kirt Tidd, advirtió en abril que «los rusos están llevando adelante una actitud inquietante» en Nicaragua, lo que «impacta en la estabilidad de la región». Estados Unidos no está alarmado, pero sí vigilante, ha dicho «The Washington Post».
Seguidamente repasamos con Douglas Farah, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS) y especializado en cuestiones de seguridad de Latinoamérica, los aspectos más controvertidos de la presencia rusa en Nicaragua: he aquí sus sospechas, evidencias, conjeturas y constataciones.
Estación satelital
En abril fue inaugurada la estación Chaika, en las inmediaciones de la laguna de Nejapa, un antiguo cráter situado al suroeste de Managua.
Oficialmente es una estación terrestre del sistema navegación por satélite ruso Glonass, versión alternativa del GPS estadounidense y del Galileo europeo.
Las instalaciones están a cargo de Roscosmos,la agencia espacial de Rusia, y a ellas accede solo personal ruso. El proyecto ha sido llevado a cabo con completa opacidad, sin ofrecer información sobre el contrato con Roscosmos, los costes y características de las instalaciones y su funcionamiento.
Sospecha: espionaje. El secretismo y el tamaño de las instalaciones han levantado sospechas de que la estación sea utilizada también para espionaje.
Su uso para Glonass puede ser cierto, pues Rusia está creando una red de estaciones para ese sistema de navegación (Roscosmos dice que también hay en Brasil, Sudáfrica y la Antártida y que pronto abrirá más en otros países), pero «la curiosa cercanía a la embajada de Estados Unidos y el exagerado tamaño invitan a la sospecha», afirma Farah.
Expertos consultados por BBC Mundo llegan a la misma conclusión: después de haber cerrado al término de la Guerra Fría la base de escuchas que tenía en Cuba, Rusia estaría procurando disponer de nuevo de estaciones fijas de espionaje en el Gran Caribe.
Presencia de tropas
El Gobierno de Daniel Ortega promovió el año pasado la autorización de entrada en el país de unos cuatrocientos militares extranjeros.
Básicamente se trata de tropas rusas, oficialmente presentes para fines de adiestramiento en operaciones humanitarias y militares y para participar en ejercicios conjuntos. También incluye las tripulaciones de barcos de guerra rusos que hacen escala en Nicaragua, cuyo permiso de atraque también ha sido ampliada.
Evidencia: una base compartida. Aunque Ortega presentó la llegada de tropas rusas como algo transitorio y variable en número, los expertos indican que está habiendo un grueso permanente de más de doscientos militares rusos (al año entran y salen unos quinientos), que van rotando su presencia cada cierto tiempo.
Fatah apunta que buena parte de ese contingente se encuentra acuartelada en un espacio de las instalaciones militares de Puerto Sandino. «No es una base oficial rusa, pero es como si lo fuera, pues allí tienen su espacio propio», afirma.
Puerto de aguas profundas
El Gobierno nicaragüense está buscando financiación para construir un puerto de aguas profundas en su costa caribeña.
En 2015, Ortega anunció que sería en las inmediaciones de Bluefields, reconociendo con ello implícitamente que el canal de Nicaragua es ya un proyecto fracasado (el trazado de este preveía tener el puerto en otro punto). Ortega espera financiación de Taiwán (otra muestra de que el canal chino está muerto) y de otros países, entre ellos Rusia.
Conjetura: futura disposición de un puerto. Farah considera que forma parte del interés estratégico de Rusia disponer de un puerto para sus barcos de guerra que naveguen por el Gran Caribe. En su costa oriental Nicaragua no tiene instalaciones portuarias adecuadas y depende de los puertos de Honduras y Costa Rica.
Llegada de tanques
En 2016 llegaron a Nicaragua los primeros veinte tanques T-72B de los cincuenta acordados a Rusia.
Aunque se anunció un precio de 80 millones de dólares, posteriormente el Gobierno nicaragüense vino a reconocer que se trataba de una donación. S
e desconoce si son donaciones o compras otro armamento ruso enviado ya Nicaragua o que Moscú se ha comprometido a enviar: en la lista figuran cuatro lanchas patrulleras, dos embarcaciones lanzamisiles y un número no especificado de aviones de combate y entrenamiento; con anterioridad Nicaragua obtuvo doce sistema de defensa antiaérea y dos helicópteros.
Suposición: tanques para la defensa de Ortega. De la adquisición de armamento, el elemento que más llama la atención a los expertos son los cincuenta tanques. Barcos y aviones son útiles para la lucha contra el crimen organizado, pero la compra de tanques supone elevar a enemigos a los países vecinos (Costa Rica expresó su queja). Farah cree que esos tanques solo tienen sentido para una estrategia de defensa del Palacio de Gobierno o del lugar donde pueda atrincherarse Ortega en caso de masivas protestas ciudadanas contra la autocracia sandinista.
Academia antinarcóticos
Desde 2007 el país ha recibido 151 millones de dólares de donaciones rusas declaradas, de acuerdo con el Banco Central de Nicaragua. Durante este tiempo, Moscú ha enviado desde trigo a viejos taxis y autobuses y ha colaborado en diversos convenios. Reciente ha sido la apertura del Centro de Capacitación Antidrogas, en Managua.
Constatación: un centro de doble uso. «Una placa colocada en el Centro de Capacitación Antidrogas indica que el edificio es del Ministerio del Interior ruso, no simplemente que haya sido construido con ayuda gubernamental de Rusia», atestigua Farah.
Este experto asegura que en el edificio hay pisos de acceso solo para personal ruso, lo que es indicio de que en él se desarrollan actividades que van más allá de las declaradas.