PRONÓSTICO EXTENDIDO

Sudamerica se rebela | Represión del gobierno en Colombia: 3 muertos y 273 heridos

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Ese fue el saldo tras las masivas protestas del jueves. Según el ministro de Defensa colombiano, entre los heridos hubo 122 civiles, 148 militares y 3 policías

Tres personas murieron y 273 resultaron heridas durante las protestas que tuvieron lugar el jueves en Colombia contra la política económica del gobierno, informó hoy el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

En rueda de prensa, el ministro precisó que las muertes ocurrieron en el occidental departamento del Valle de Cauca, del cual es capital Cali, y precisó que los heridos en la jornada de manifestaciones fueron “148 militares, 122 civiles y tres policías”.

Trujillo informó que una de las víctimas falleció en disturbios en la ciudad de Candelaria y las otras dos personas murieron en choques con las fuerzas de seguridad en un centro comercial de Buenaventura, que estaba siendo saqueado por encapuchados.

«Fuerza pública acudió a hacer frente siendo objeto de acciones violentas. Como resultado de la confrontación se produjo la muerte de dos personas y resultó herido un intendente de la Policía Nacional”, detalló el funcionario, citado por medios locales.

El ministro de Defensa agregó que 98 personas fueron capturadas y otras 207 llevadas a distintas comisarías “para su protección”, mientras que ocho menores de edad fueron aprehendidos.

Según Trujillo, las manifestaciones reunieron ayer a cerca de 253.000 personas en “622 actividades en marchas, concentraciones y otro tipo de actividades” en 350 municipios y 31 departamentos colombianos.

En Bogotá, el alcalde Enrique Peñalosa declaró la ley seca desde hoy al mediodía hasta mañana después de detallar los destrozos que hubo en la capital.

En su habitual rueda de prensa diaria, Peñalosa afirmó que 24 personas fueron detenidas en la capital por atacar comisarías, agredir a funcionarios del transporte público y dañar 265 contenedores de basura.

Agregó que durante el paro nacional fueron vandalizadas ambulancias, se robaron cientos de bicicletas y hubo saqueos en oficinas gubernamentales.

«De manera que el costo de los daños es un costo que supera los 20.000 millones de pesos” colombianos (unos 5,8 millones de dólares), afirmó el alcalde.

Al menos 68 estaciones del sistema de transporte público Transmilenio de la capital permanecían hoy cerradas después de haber sido dañadas con palos, piedras y pintadas.

Peñalosa dijo que estarán dos días cerradas por reparaciones.

En Bogotá también se cancelaron las clases en la Universidad Nacional hasta el lunes.

Al final de la protesta, vándalos se enfrentaron a la Policía en la céntrica Plaza de Bolívar y atacaron con piedras, pintura y cócteles molotov el Capitolio, el Palacio de Justicia y el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía.

La protesta estuvo dirigida contra planes del gobierno de impulsar una reforma previsional y otra laboral por sugerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Decenas de miles de colombianos ocuparon las calles de las principales ciudades del país hasta la noche, cuando un cacerolazo masivo estalló en toda la capital y en otras localidades.

El presidente de Colombia, Iván Duque, dio un mensaje a la nación en el que celebró que la gente se pueda manifestar libremente, pero no dijo nada de los reclamos.

«Hoy, a pesar de los actos de violencia, atribuibles a vándalos que no representan el espíritu de los marchantes colombianos, demostramos que este país puede ejercer las libertadas individuales sin vulnerar las libertades de los demás”, declaró Duque.

Sin embargo, en redes sociales se han difundido imágenes en las que se observa a miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) golpear en el rostro a una mujer y videos en los que más de cinco policías patean y golpean con bastones a una pareja en una calle del centro de Bogotá.

Peñalosa aseguró que la Inspección General de la Policía abrió 11 indagaciones preliminares por denuncias de “posibles irregularidades en el proceder de miembros de la Policía”.

Aunque defendió el accionar “legítimo” de las fuerzas para restablecer el orden.