El Código Nacional Electoral establece que no se podrá realizar inauguraciones ni actividades oficiales que puedan «promover la captación del sufragio».
A pesar de la prohibición para inaugurar obras públicas o realizar actos de gobiernoque busquen captar el voto del electorado, la gestión Cambiemos no se quedarán de brazos cruzados: recorrerá fábricas y obras –su gran apuesta electoral– que ya están en marcha, pero lo hará con la excusa de que no se verá ningún corte de cintas.
Desde ayer, 25 días antes de la elección Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria (PASO) del 11 de agosto</b, comenzó a regir la prohibición establecida por la legislación electoral que impide “la realización de todo acto de gobierno que pueda promover la captación del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos”.
Según lo dispuesto en el Código Nacional Electoral, el Gobierno no debería hacer campaña con la inauguración de obra pública o con otros logros de gestión, en los que participen sus candidatos.
En ese contexto, esta nueva etapa el macrismo buscará retomar uno de sus clásicos rituales: el acto en lugares cerrados, con vallas y pocos militantes, y el escenario de 360 grados con globos de colores. El Presidente recorrerá las distintas provincias del norte argentino acompañado por los precandidatos en los distritos.
Sancionada hace años, la ley deja un vacío en cómo será la veda en redes sociales, donde el macrismo se siente más cómodo. Desde ahí sí el oficialismo podría exhibir actos y obras de Gobierno, donde no participen sus candidatos. Es una de las formas de eludir el obstáculo legal y aumentar el caudal de votos de cara a las PASO.
En provincia de Buenos Aires, para la gobernadora Vidal, y los aspirantes a cargos municipales y provinciales en el distrito, la veda rige a partir del sábado 27. La estrategia electoral para no perder territorio será similar a la de la campaña nacional: recorridas, redes sociales y entrevistas a medios afines.
Los funcionarios del gobierno de Vidal que buscarán ocupar bancas legislativas a nivel nacional, como Cristián Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense y cabeza de lista de precandidatos a diputados por Buenos Aires, ya no podrán participar de sus espectacularizados operativos antidrogas o los publicitados desguaces de bandas delictivas. Su actividad electoral debería reducirse a las actividades de campaña.
Más cerca de la votación comenzará otra de las limitaciones legales en materia electoral y que en este caso rige no sólo para los gobiernos sino para todos los espacios políticos. En las 48 horas antes de la elección queda prohibida la difusión de encuestas y spots publicitarios de todos los precandidatos.
Además, el día de los comicios no se permitirá la venta de alcohol y a menos de ochenta metros de las urnas no se permitirá la «portación de armas, el uso de banderas, divisas u otros distintivos», siempre según el Código Electoral.