La oposición peronista busca remover al entrerriano para recuperar una banca en el Senado. Pidió una sesión para el jueves, pero todavía está lejos de la mayoría para llegar al debate.
Idas y vueltas entre oficialismo, dialoguistas y la Casa Rosada. Los escenarios que se abren y el rol de Victoria Villarruel.
En un escenario de extrema tensión, el Senado tendrá desde hoy un raid de 48 horas para definir el fututo del legislador Edgardo Kueider, detenido desde la semana pasada en Paraguay junto a su secretaria y más de USD 200.000 ocultos en una mochila. Reclama su expulsión el kirchnerismo, que busca dejar esa banca a una dirigente de La Cámpora.
“Lo que ocurrió es un papelón y un escándalo, pero tampoco podemos subirnos al carro del kirchnerismo para regalarles una banca. Ellos defendieron y sostuvieron en el Senado a violadores como -el ex senador y ex gobernador tucumano, José- Alperovich y tienen a propios con expedientes dando vueltas.
Ahora reclaman rapidez, pero el doble conforme de Ficha Limpia les parece exagerado. Supongo que a Cristina Kirchner, con su situación penal actual y la eventual que se le sume, le impedirán ser candidata en 2025″, deslizaron anoche desde un despacho oficialista.
En medio de la indignación y sorpresa que generó en un sector del Congreso, la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, tendrá la difícil tarea de escanear entre los diferentes bloques las posturas. Cualquier decisión tendrá un fuerte impacto, sin importar el camino a seguir. Por ello el tiempo que se tomarán los espacios, entre hoy y mañana, para salir del delicado embrollo. En medio del nerviosismo por lo ocurrido, hay senadores que aprovecharán la ocasión para recuperar terreno perdido, tras sugestivas semanas fuera del radar. Allí se ubican algunos radicales.
En tanto, desde el PRO, un ofuscado Luis Juez adelantó que el macrismo se reunirá mañana, desde las 15, para encontrar un sendero. Por las dudas, el cordobés ya jugó por su cuenta y, de manera personal, señaló en declaraciones televisivas que no sabe si tiene ganas de “seguir compartiendo techo con Kueider” y que “uno de los dos está de más”.
“Nos ensució a todos”, agregó, y dejó en claro que tenía “ninguna duda” en cuanto a una eventual remoción. La vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel (Prensa Senado)
Kueider llegó a la Cámara alta en 2019 con la boleta del kirchnerismo, se separó en febrero de 2023, enojado con Alberto Fernández y el cristinismo.
Meses atrás se metió en el interbloque Provincias Unidas, de inobjetables contactos con el Gobierno. Por caso, funcionarios y asesores de primera línea -como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos– recibieron a los cinco de dicha bancada en Casa Rosada, en octubre pasado.
¿Por qué el kirchnerismo solicita una expulsión exprés? Si el entrerriano abandona la Cámara alta, su reemplazo será la actual diputada provincial y referente camporista Stefanía Cora. De esa manera, el cristinismo senatorial, que comanda José Mayans, pasaría de 33 a 34 legisladores. A tres de recuperar el quorum y la mayoría propia. Del otro lado quedará un disminuido oficialismo y una serpenteante oposición dialoguista con 37, ya que el radical Víctor Zimmermann estiró su licencia por un cargo en Chaco hasta finales de febrero próximo.
Mientras el Gobierno aún analiza qué hacer en relación con este tema -confunde hasta los propios-, un potencial aterrizaje de la remoción de Kueider en el recinto del Senado precisará quorum, dos tercios para habilitar la discusión sobre tablas -no tiene dictamen de la comisión de Asuntos Constitucionales, que el entrerriano preside- y la misma mayoría especial para un potencial mazazo definitivo.
Las dudas de varios legisladores, sin importar el signo político -incluido el ahora ofendido kirchnerismo-, es la activación de una bola de nieve con el episodio Kueider que aumentaría de volumen con el correr de los días y una lupa estricta sobre todos los senadores que hayan tenido algún contacto, vigente o no, con la justicia. Es decir, algo que después no frenaría. Los titiriteros del poder no sólo piensan en esto, sino también en cómo convertir una complejidad en beneficio a mediano y largo plazo.