PRONÓSTICO EXTENDIDO

El ministro de finanzas de Macri fue interpelado por el Congreso: entre las dudas por las offshore y por el constante endeudamiento

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El ministro de Finanzas, Luis Caputo, defendió durante su exposición ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda su participación en empresa offshore.

“El tema de las offshore no es delito, es una práctica común», aseguró ante las críticas recibidas por diputados y senadores de la oposición.

«Se siguen haciendo eco y difamando sobre una causa que la Justicia ya cerró. No es grato lo que han hecho», sostuvo y se quejó de las «chicanas» de la oposición.

Al igual que hizo días atrás Juan José Aranguren, Caputo justificó tener su dinero en el exterior y utilizó la misma metáfora que su par de Energía.







«El argentino es más escéptico que nadie, tenemos una tradición, vivimos una volatilidad que nos ha sesgado. El que se quemó con leche ve una vaca y llora. Estamos más embutidos en el corto plazo”.

La declaración del ministro generó una réplica encendida por parte de la oposición, que le cuestionó la naturalización de las empresas en paraísos fiscales y la falta de confianza en su gobierno como para no traer el dinero en el exterior.

Caputo arrancó la reunión refiriéndose al estado de la deuda, que estableció en  el orden del “30 por ciento sobre el producto”. En su alocución inicial, ratificó el rumbo económico del Gobierno nacional, defendió el “gradualismo” y dijo que la deuda comenzará a “descender” a partir de 2021. También sostuvo que el financiamiento “es el reflejo del déficit”.

Pero las consultas se direccionaron a su participación en el circuito offshore. En este punto, el ministro de Finanzas aseguró que poseer estas sociedades “no es delito” y dijo tener “todo bien declarado”.

Aseguró además ser “tenedor fiduciario” y no propietario de una de las firmas que aparecen en el informe de la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos), y que se conoció a través de investigaciones periodísticas de los diarios La Nación y Perfil. Luego también negó que favorecer a la empresa Axis.

Además, el funcionario se defendió de las acusaciones de haberse beneficiado con la compra de dólar futuro.

“Se acusa a mí y a mi mujer de que ganamos 30 millones de pesos. Ni yo ni mi mujer ganamos ni 30, ni 10 ni cinco, ni uno”.

Recordó que cuando el presidente Mauricio Macri estaba en campaña y prometió que iba a levantar el cepo cambiario, “se generó que mucha gente tuviera intención de comprar dólares futuros para eventualmente favorecerse”.

“El Banco Central y el gobierno pasado empezó a vender miles y miles de millones de dólares a una fecha futura. Los vendían al precio del dólar comercial. Estaban vendiendo activos del gobierno argentino a 20, 30 por ciento por debajo del valor que el mercado estaba dispuesto a pagar, a una fecha en la que ellos ya no iban a estar”, continuó.

Y completó: “¿Qué hice yo? Vendí todos mis contratos futuros.

Está todo documentado. Yo decidí no beneficiarme porque no me parecía bien. Me parecía que era una situación ruinosa para todos los argentinos”.







El titular del bloque del FpV, Agustín Rossi, levantó la temperatura en la reunión de la Bicameral de Deuda cuando arremetió contra el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y dijo: “¡Son un accidente de la historia!”.

El santafesino señaló, luego de citar al expresidente estadounidense Barack Obama, que Argentina “es el único país del mundo donde el presidente y sus ministros justifican los paraísos fiscales”.

“Les parece que están bien y es un hecho absolutamente natural”, cuestionó y consideró: “El problema que tenemos hoy es que los ricos nos gobiernan”. “¡Son un accidente de la historia! Porque la democracia está hecha para que nos gobiernen iguales no desiguales”, disparó, mientras los legisladores del oficialismo estallaban en gritos, en un Salón de las Provincias colmado.

El legislador además dijo que las offshore “serán legales pero si no se declaran son un hecho de corrupción” y advirtió que a través de éstas “claramente, como mínimo, están evadiendo impuestos; cuando no (las están usando) para licuar dinero mal habido”.

“La SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos) no dice que usted era fiduciario, sino dueño de Noctua, que tenía porcentaje en las acciones”, señaló y agregó que en caso de ser fiduciario sería “un presta nombre o un testaferro”.

Tanto las preguntas, como las respuestas se repitieron durante poco más de cuatro horas sin mayores concesiones entre dos posiciones irreductibles.

Hasta que un episodio que mezcló provocación del funcionario a la diputada Gabriela Cerruti a través de un mensaje privado, una excesiva reacción de la legisladora, y la complicidad del senador peronista José Mayans, a cargo de la comisión, con el propio Caputo, apuraron el final de la sesión.

La exposición en la Comisión Bicameral comenzó a las 9. El gobierno se aferró al salvavidas que le arrojó el bloque Argentina Federal, presidido por el salteño Pablo Kosiner, y evitó la interpelación del funcionario, aunque éste debió sentarse frente a los legisladores para responder sobre la toma de deuda y sobre sus vínculos con depósitos en paraísos fiscales.

Si bien la Comisión Bicameral ante la que expuso el ministro de Finanzas se creó en el mismo momento que se aprobó el pago a los Fondos Buitres, el cuerpo nunca se había constituido pese a ser reclamado con vehemencia por un sector de la oposición.

Lo cierto es que el oficialismo, que hizo del endeudamiento indiscriminado una política de Estado, nunca tuvo interés en que ese organismo de control legislativo funcione.

Sin embargo, presionado por la posibilidad de una interpelación y ante la generosa oferta de Kosiner, el oficialismo optó por el mal menor y así evitó sentar a Caputo en el recinto.

La Bicameral tiene mayoría opositora: 9 oficialistas y 11 opositores, y es  presidida por el senador del peronismo formoseño José Mayans quien, pese a haber mostrado su desagrado con la política de endeudamiento que lleva adelante Mauricio Macri en más de una oportunidad, ayer resultó funcional a los deseos de Caputo, al tomar como una orden el pedido de que levantara la sesión en medio del escándalo.