La medida del Gobierno de Javier Milei de retirar medicamentos incluidos en el programa de cobertura gratuita para afiliados se convirtió en una amenaza para la salud física y mental de los jubilados y pensionados. Además, la falta de acceso a tratamientos esenciales está provocando la automedicación y agrava la incertidumbre y el estrés en los adultos mayores que tienen que elegir entre comer o comprar los fármacos.
La reciente decisión del Programa de Atención Médica Integral (PAMI) de eliminar decenas de medicamentos del vademécum generó fuerte impacto entre los jubilados y pensionados que dependen de esta cobertura para tratar su salud y hoy tienen que elegir entre «comer o comprar el medicamento» poniendo en peligro su vida.
Este nuevo ajuste del Gobierno de Javier Milei está provocando profundas repercusiones en la salud física y mental de los afiliados ya que muchos están suspendiendo tratamientos de enfermedades crónicas para acceder a la automedicación. Ante esta situación, se agravan problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, al aumentar la incertidumbre y el estrés entre los adultos mayores por su calidad de vida.
En este marco, el secretario general del Sindicato De Trabajadores Pasivos, Horacio Burgos, explicó a El Destape que «la quita de cobertura al 100 por ciento de PAMI está provocando que muchos jubilados y jubiladas tengan que elegir entre comprar los fármacos o comer porque no llegan a fin de mes». Afirmó que «muchos están comiendo una vez al día y la salud se va deteriorando».
«Una persona que es hipertensa, puede llegar a terminar muriendo si corta un tratamiento porque no puede comprar el medicamento. Esto implica un daño muy severo y permanente, porque puede sufrir un ACV hasta la muerte«, apuntó el dirigente.
Entre los medicamentos, se retiró, por ejemplo, la cobertura de ciertos antihipertensivos, fundamentales para el control de la presión arterial en pacientes con esta enfermedad. También se excluyeron algunos antidiabéticos orales, lo que complica la gestión de la diabetes tipo 2 en los adultos mayores. Además, la eliminación de medicamentos para el tratamiento de enfermedades respiratorias, como ciertos broncodilatadores, pone en riesgo a aquellos que sufren de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC). Entre los medicamentos afectados, asimismo, se encuentra el omeprazol, utilizado para tratar problemas gástricos como el reflujo y las úlceras, y varios corticoides, esenciales para el manejo de enfermedades inflamatorias y autoinmunes.
Infartos, cáncer gástrico y depresión: jubilados en peligro por la quita de medicamentos
En este sentido, el ex ministro de salud de la provincia del Chubut y ex subsecretario de integración de sistemas de salud del ministerio de salud de la nación, Fabian Puratich, profundizó en diálogo con este medio sobre el impacto en la salud de esta decisión en la obra social de adultos mayores y puntualizó: «Es importante aclarar que no se dieron de baja medicamentos específicos, sino las drogas del producto genérico, lo cual implica que a pesar de que sean 40 implica muchísimos más medicamentos, porque cualquiera que contenga esas drogas pasa en primera instancia a ser de venta libre, por lo tanto no tiene la cobertura por las obras sociales, no solamente por el PAMI, eso es lo una de las cosas que más graves».
En este sentido, según Puratich , esta liberación de los medicamentos esta provocando «el acceso a la automedicación» ya que las personas empiezan a abandonar la consulta médica y comienzan a automedicarse con fármacos complejos como el grupo de prazoles, como el omeprazol«, enfatizó. Según el profesional, a partir de esto, ha aumentado muchísimo la incidencia de cáncer gástrico en Argentina ya que «muchas veces cuando una persona tiene acidez va y compra y toma el medicamento que le calma los síntomas pero la enfermedad sigue avanzando».
«También pasa eso con los corticoides tópicos y con un montón de medicamentos de los que fueron pasados a venta libre y perdieron la cobertura«, agregó.
Entre noviembre del año pasado y julio de 2024, los medicamentos utilizados especialmente por las personas adultas mayores aumentaron sus precios un 188,2%, según el último trabajo realizado por CEPA, Ceppema y Algec.
Este superó ampliamente a la ya elevada inflación de ese mismo período (164,6%). Al séptimo mes del año, el incremento promedio de los principales medicamentos fue del 5% mensual, pero con casos que superaron dicho promedio. Por ejemplo, el Ibupirac 600 registró un alza de 13%, seguido una suba de 10,9% para el caso de Aldactone A y Trapax.
Abandonar un tratamiento: depresión y ansiedad
Por último, se refirió al efecto que tiene sobre la salud mental de las personas, «porque el no tener el acceso a los medicamentos, no poder comprarlos y tener que empezar a fraccionar el uso o abandonar el uso, no solamente trae un problema de salud física sino también sobre la salud mental porque no es gratis no poder acceder a los medicamentos cuando uno sabe que lo tiene que tomar porque tiene una enfermedad».
Sostuvo que «eso causa problemas de ansiedad, trastornos en el comportamiento, depresión y otros cuadros que son muy graves porque es una persona que sabe que tiene un problema que tiene la posibilidad de resolverlo, pero no puede acceder a esa resolución».
«Me parece que esas son las cosas más graves que tiene esta medida y que está enfocado en los jubilados porque son los que están más afectados por esta situación pero que ese correlato es para todas las personas», cerró.
Comer o comprar el medicamento
Sobre esto, Burgos apuntó que los jubilados que «cobran las pensiones mínimas sin contar el bono solo pueden pagar la luz, gas y agua por lo que tienen que optar entre comer o comprar los medicamentos». Remarcó que «muchos prefieren tener la panza llena».
Recientemente, un relevamiento elaborado por la Defensoría de la Tercera Edad reveló el encarecimiento del costo de vida de los jubilados que se profundiza y la canasta básica del sector ya alcanza los $912.584.
El monto requerido por los adultos mayores para cubrir sus necesidades básicas es tres veces más que el haber mínimo, que en septiembre alcanza los $234.540,23 (más el bono de $70.000). Esto afecta a cuatro millones y medio de jubilados que perciben el ingreso básico.
El estudio reveló que entre los rubros que implican mayores erogaciones están el gasto en Alimentos, que representó el 26% del total de la canasta básica ($236.873), seguido por el de Vivienda con el 22% ($198.000) y el de Medicamentos, con el 16% ($145.268).
Ante este panorama, el dirigente remarcó que la situación de los jubilados se agrave y ya muchas clínicas están sin prestaciones médicas. «Se cortó la prestación de Berisso y Ensenada donde no están atendiendo a los jubilados para ninguna prestación por lo que peligran la continuidad de los tratamientos medicos», disparó.
En este marco, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, en diálogo con El Destape 1070 advirtió sobre el aumento de personas con enfermedades crónicas que no están tratándose de forma adecuada y apuntó que observan «un aumento muy grande» de personas que se presentan en hospitales y clínicas con «enfermedades crónicas descontroladas».
En ese sentido, Kreplak manifestó que “ahora se viene lo peor, porque se viene un momento de muchísima preocupación para el sistema”. “Creo que lo que el Gobierno Nacional está calculando es que se va a llegar a un punto en el cual se saturaría la capacidad de atención, entonces no aumentaría el gasto, sino que la gente se moriría afuera”, cerró el funcionario.
De esta manera, la decisión del Gobierno de Javier Milei se convirtió en un mortal cóctel contra los jubilados y jubiladas que hoy tienen que elegir entre «comer o comprar el medicamento«.
Infartos, afecciones gástricas y depresión, ponen en peligro a los jubilados que por la quita de medicamentos de PAMI corren riesgo de vida.
Cuáles son los 44 drogas que ya no cubre PAMI en septiembre 2024
Ácido acetilsalicílico (antiagregante plaquetario)
Aciclovir (antiviral)
Benznidazol (antiparasitario)
Betametasona (corticoide)
Betametasona + gentamicina + miconazol (corticoide)
Carbonato de calcio (suplemento)
Citrato de calcio (suplemento)
Ceftriaxona (antibiótico)
Cefuroxima (antibiótico)
Cilostazol (vasodilatador)
Ciprofloxacina (antibiótico)
Claritromicina (antibiótico)
Clindamicina (antibiótico)
Clobetasol (corticoide)
Dexametasona (corticoide)
Doxiciclina (antibiótico)
Estriol (hormonoterapia)
Fluconazol (antibiótico)
Fluoxetina (antidepresivo)
Hidrocortisona (corticoide)
Hierro polimaltosato (suplemento)
Ivermectina (antiparasitario)
Levomepromazina (antipsicótico)
Liotironina (tratamiento del hipotiroidismo)
Mebendazol (antiparasitario)
Meprednisona (corticoide)
Metadona (tratamiento del dolor)
Metoclopramida (antiemético)
Metotrexato (tratamiento de la artritis reumatoidea)
Metronidazol (antibiótico)
Minociclina (antibiótico)
Morfina, clorhidrato (tratamiento del dolor)
Neomicina (antibiótico)
Nistatina (antibiótico)
Oxibutinina (antiespasmódico)
Prednisona (corticoide)
Pregabalina (tratamiento del dolor)
Promestriene (hormonoterapia)
Psyllium (laxante)
Sulfametoxazol + trimetoprima (antibiótico)
Sulfasalazina (tratamiento de la inflamación intestinal)
Tobramicina (antibiótico)
Tramadol (tratamiento del dolor)
Triamcinolona (corticoide)