El presidente Macri se sumó los últimos diez minutos a la reunión que mantuvieron esta tarde Hernán Lacunza y Guido Sandleris con el titular del FMI, David Lipton, pero en el Gobierno ya reconocen que difícilmente se concrete la llegada del desembolso de 5.400 millones de dólares antes de las elecciones del 27 de octubre.
Al término del encuentro, que duró unos cuarenta minutos, Lacunza sostuvo a los medios que «fue una buena reunión» en tanto el Gobierno pudo presentar su posición de que «hemos cumplido cualitativa y cuantitativamente con los objetivos» necesarios para destrabar el desembolso.
Sin embargo ni Lipton ni Alejandro Werner, director del organismo para el Hemisferio Occidental, les dieron señales de que el desembolso vaya a concretarse. Lo único acordado es que el 14 de octubre en Washington recibirán a una delegación técnica argentina para continuar las tratativas.
«Nosotros nos anticipamos a esto con las medidas financieras y cambiarias. Cambió el contexto político y económico, no es una novedad», indicaron a fuentes oficiales.
Si bien los funcionarios prefirieron «no confirmar ni desmentir» los rumores que indican que el rechazo del Fondo ya es un hecho, el tono oficial dista mucho del optimismo que transmitían hasta hace pocas semanas.
Un mensaje similar transmitió Macri a la prensa en su llegada Nueva York, donde participará de la Asamblea anual de Naciones Unidas. «Es una reunión de seguimiento, nada especial», aseguró el presidente y agregó, ante la consulta por el futuro del desembolso que «después Lacunza y Sandleris lo van a informar». Posteriormente, tras la salida del convite, solamente deslizó un «todo muy bien».
Originalmente, el encuentro con las autoridades del FMI estaba pautado con el titular del Banco Central Guido Sandleris y el ministro de Hacienda Hernán Lacunza. También iba a participar el director del Fondo para el Hemisferio Occidental, el mexicano Alejandro Werner, quien ya estuvo con Lacunza en Buenos Aires en agosto.
En aquella visita posterior a las PASO, Werner también se reunió con Alberto Fernández y supo que, para el candidato del Frente de Todos, el FMI es coautor de la crisis social que atraviesa el país.
Luego de aquel encuentro, el Fondo decidió postergar la quinta revisión del Acuerdo Stand By correspondiente al segundo trimestre a pesar de que el Gobierno sostenía que había cumplido con todas las metas pactadas para su aprobación.
Justamente con este argumento los funcionarios intentarán convencer a Lipton. Además, mostrarán el superávit fiscal primario de $70.000 millones de agosto como un reflejo de que la programa no colapsó tras la última devaluación.
Sin embargo, en el Fondo saben que el impacto fiscal de las medidas económicas poselectorales se sentirá plenamente recién en septiembre. A su vez, la meta de base monetaria ya fue directamente incumplida por el Banco Central en el bimestre julio-agosto, tras lo cual anunció un relajamiento del 2,5% mensual para los próximos dos meses.