El último informe anual del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA) indicó que la pobreza se elevó en el tercer trimestre de 2019 al 40,8% y que la indigencia llegó al 8,9% de la población. Y en este último trimestre habría continuado en aumento.
Este dato supera el 38% que había estipulado Agustín Salvia, director del Observatorio con motivo de la reunión del Consejo de la Lucha contra el Hambre el mes pasado y pone de relieve el impacto de la crisis económica sobre los más vulnerables.
De acuerdo a este estudio y solo teniendo en cuenta los ingresos, 16 millones de personas no llegan a superar la línea de pobreza de acuerdo al relevamiento urbano, y se extienden los resultados a la población rural, llegarían a 18 millones los argentinos que no acceden a la canasta básica.
De ellos, unos 3,6 millones son indigentes urbanos, a los que deberían sumarse unos 400 mil más si se extiende la población del campo, es decir un total superior a lo 4 millones.
El dato llega horas antes de que el presidente dé su única cadena nacional para presentar el balance de su gestión.
Cabe recordar que en la campaña presidencial había pedido que se juzgue su gestión en función de la pobreza. Y, de acuerdo al informe del Observatorio, desde 2015 la pobreza creció más de 10 puntos porcentuales, pese a la reducción que había alcanzado en 2017 y pese también a haberse duplicado los planes sociales. Por su parte, la indigencia pasó del 4,5% en 2015 al 8,9% por lo que casi se duplicó.
Respecto de esta gestión, el informe de la UCA señaló que: ‘Las reiteradas devaluaciones, el aumento de la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y las medidas de ajustes acordadas con el FMI explican el deterioro’.
Estos datos se vuelven más preocupantes cuando se descompone etariamente los indicadores. En los menores de 17 años, la pobreza se extrema al 59,5% ya que más de 7 millones de chicos viven en hogares que no llegan a cubrir la canasta básica. En tanto, «más de 1,5 millones de niños/as y adolescentes viven el hogares indigentes», señaló el informe.
A su vez, el impacto de la pobreza no es parejo geográficamente ya que «la incapacidad de alcanzar una Canasta Básica Total en el conurbano bonaerense es mayor en comparación con el resto de las regiones urbanas.
En el otro extremo, es la Ciudad de Buenos Aires la que evidencia menor riesgo de pobreza». En el conurbano bonaerense los niveles de pobreza por ingreso se ubicaron en el 42% mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, en el 31%.
En cambio, si además del ingreso se toman otras carencias, lo que se denomina «pobreza multimodal», el porcentaje de personas que sufre al menos una carencia básica se eleva al 46%.
Más allá de los malos resultados de la gestión de Macri en materia de pobreza, Salvia destacó que es una tendencia que lo antecede y obedece a un modelo económico-productivo desequilibrado que genera marginalidad y desigualdad social.
Por ejemplo, respecto de la gestión anterior señaló que: «a pesar del crecimiento económico, las políticas de protección del mercado interno y la ampliación de las políticas sociales, con cada ciclo económico se reproducen barreras productivas estructurales que ponen límites a la caída de la pobreza y a procesos de convergencia a nivel social y regional».
Respecto de esta gestión señaló que: «Las reiteradas devaluaciones, el aumento de la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y las medidas de ajustes acordadas con el FMI explican el deterioro».