PRONÓSTICO EXTENDIDO

La cumbre radical cerró con fuertes diferencias: “La UCR se ha convertido en un partido sin voz, sin opinión y sin comunicación con el pueblo”

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En el encuentro de Villa Giardino, en Córdoba, las autoridades del Comité Nacional emitieron un documento llamando a “redoblar esfuerzos para consolidar el cambio”. Pero todo sucedió en un marco de profundas diferencias internas sobre el funcionamiento de Cambiemos.







Mientras que el oficialismo partidario, representado institucionalmente por el jefe del Comité Nacional, José Corral, emitió un comunicado donde llamó a “redoblar los esfuerzos” para “consolidar el cambio” y transformar la coalición parlamentaria actual en “una exitosa coalición de gobierno”.

En tanto, hubo otro sector liderado por el diputado Ricardo Alfonsín que expresó su disconformidad con el rol del radicalismo en la alianza gobernante y alertó sobre la posibilidad de que termine fagocitado por el PRO. “La UCR se ha convertido en un partido sin voz, sin opinión y sin comunicación con el pueblo”, alertó ayer Juan Manuel Casella, vocero de ese espacio en la cumbre cordobesa.

Durante dos días se reunieron más de 400 dirigentes radicales de todo el país y participaron de los paneles sobre política nacional, economía y el escenario internacional. Como invitado especial estuvo el ex ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.

Según consigna Página|12, el mensaje de los liderados por Ernesto Sanz apunta a “brindarle sustentabilidad a la coalición y robustecerla”. Buscan “profundizar la coalición parlamentaria y arribar así a una exitosa coalición de gobierno y a la institucionalización deCambiemos”.

De cara al año electoral, proponen “construir consensos” para llegar a candidaturas unificadas con el PRO y la Coalición Cívica.

En línea con lo que pretende el macrismo, quedaría como último recurso la utilización de las PASO para dirimir las diferencias.

En el documento también se plantean la necesidad de conformar Cambiemos en todo el país, un objetivo que tiene como principal obstáculo la Capital Federal, donde el PRO no quiere habilitar una interna con Martín Lousteau.

En el otro extremo quedó el sector de Alfonsín, que sin proponer abiertamente romper Cambiemos exige una posición de mayor firmeza frente al PRO y cuestiona lo que considera el “seguidismo” del oficialismo partidario.







“Hay disconformidad con el rol que está cumpliendo el radicalismo en Cambiemos, en donde está poniendo en riesgo la identidad del partido, no solo porque ha resignado sus valores, sino también su representatividad histórica”, señaló ayer Casella.

En un documento propio que dieron a conocer ayer, este sector le apuntó a Sanz, ausente por encontrarse en España acompañando la gira de Mauricio Macri. Allí consideraron que la UCR debe “evitar la concentración de poder interno y el individualismo inorgánico y especulativo”.

Cuestionaron que “las relaciones del partido con el gobierno no se encauzan por las vías institucionales sino por intermedio de dirigentes que no fueron designados formalmente”.

Para el caso, Sanz dejó de ser presidente del Comité Nacional a fin de 2015 y funciona desde entonces como asesor privilegiado de Macri.

“Todos queremos que el éxito electoral de Cambiemos se convierta en un gobierno exitoso, porque el fracaso lo paga el pueblo”, sostiene uno de los párrafos del documento del alfonsinismo, en el cual también observan que “Cambiemos fue una coalición electoral ganadora que no se convirtió en coalición de gobierno, carece de una agenda común y de un sistema de consultas y decisiones que impidan cometer errores”.

En medio hay otras posiciones como la del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que durante el primer día de la cumbre alertó: “no hay espacio para más errores”.







El jujeño fue opositor a la conformación de Cambiemos en la Convención de Gualeguaychú y armó en su provincia un acuerdo con Sergio Massa, tras mantener un encuentro en duros términos con Macri.

Ahora apuesta a sostener Cambiemos pero es un abierto defensor de la posición política de la UCR frente a la “CEOcracia” simbolizada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña.