En lugar de un medio de comunicación, Instagram, Facebook y aplicaciones similares han llegado a convertirse en un fin en sí mismo. La palabra de una especialista que asegura que la sociedad está transitando una “ceguera emocional”.
“Las redes sociales son magníficas; el problema es que en vez de ser un medio de comunicación, para gran cantidad de personas son un fin en sí mismo: no existimos por lo que hacemos y cómo lo hacemos, existir tiene que ver con la mirada que suponemos del otro”.
De esta manera la terapeuta Mónica Pelcman definió uno de los tantos aspectos que atraviesa hoy la sociedad con el uso (y abuso) de aplicaciones como Facebook e Instagram.
Según la especialista, el ser humano va camino a una “robotización”, que se basa en encontrarse disociado de los sentimientos y limitarse al copiar al otro, haciendo a un lado la creatividad.
Esta situación, aseguró, lleva al autodesconocimiento, al que denomina como “ceguera emocional”, expresión con la que decidió titular su último libro, en el que define cómo estas herramientas web influyen en la autoestima y los vínculos interpersonales.
“El ‘Me gusta’ –like–, para la mayoría de las personas es ‘Me calmo, alguien me vio’”, explicó la autora en diálogo con “Feudale Café”, y aseguró que “la comunicación a través de las redes, el modo en que están siendo utilizadas, ha potenciado las crisis de ansiedad”.
En lugar de un aparato, según Pelcman, los celulares se convirtieron casi en una parte del cuerpo: “Hay personas que miran sólo a través del celular, es sus ojos”.
Además, un cambio en la cantidad de seguidores, likes o interacciones -advierte-, puede llevar rápidamente al usuario a una depresión.
“En este momento somos una cultura de infantes narcisistas”, culminó.
#SendLikes ??
Me dan like, luego existo. ¿Qué uso hacés de Twitter, Instagram y Facebook? pic.twitter.com/keObAIlcQY
— Infocielo (@infocielo) 20 de marzo de 2019