Los -020 metros registrados por Prefectura Naval Argentina en el hidrómetro de Santa Fe dan cuenta de la gravedad de este fenómeno sin precedentes que aqueja al mencionado río. ¿Hasta cuándo seguirá y cuáles son las consecuencias económicas que acarrea?.
La última medición realizada por la Prefectura Naval Argentina en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe, indica que el río Paraná llegó a los -0,20 metros, lo que da cuenta de la gravedad de esta histórica bajante que ya lleva 320 días con niveles inferiores al límite de aguas bajas.
Si bien es cierto que el Paraná había ganado cierta altura durante el pasado mes de diciembre, el año 2022 arrancó con un descenso brusco –en los primeros días bajó más de 0,50 centímetros-, y, desde el martes 4 de enero, se mantiene en marcas por debajo del cero.
La marcada variabilidad climática regional, presente en la cuenca del Plata en los últimos 15 años, comenzó a hacerse sentir con mucha más fuerza a partir del mes de septiembre de 2019, comenzando por la cuenca del río Paraguay.
Desde entonces prevalecieron las tendencias descendentes en todos los grandes ríos que la integran dicha cuenca, entre ellos el Paraná, con una sensible disminución de los aportes de los afluentes menores.
Además, durante todo este tiempo se observó con frecuencia una sequía que predominaba en casi toda la cuenca del Plata y que, como resultado final, trajo un déficit hídrico que se fue agudizando con el correr de los meses, provocando la disminución de la disponibilidad del recurso en todos los países de la región, con las consecuencias económicas que ello conlleva.
Consecuencias de la bajante del Paraná
Así, por ejemplo, un reciente estudio elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario da cuenta de que el año 2021 tuvo el nivel más bajo de carga de maíz en tres años debido, fundamentalmente, a la imposibilidad de movilidad de los barcos con cargamentos superiores.
Entre los puntos más críticos, el informe señala que “solo en unos meses se perdieron también 620.000.000 de dólares en exportaciones de harina y de soja”, lo que habla a las claras de la preocupante situación provocada por este fenómeno histórico que aqueja al Paraná y a toda la cuenca del Plata.
A todo esto hay que sumarle el para nada alentador panorama que refleja el último informe dado a conocer por el Instituto Nacional del Agua (INA) enel cual los especialistas afirman que no se espera una recuperación, al menos hasta principios de abril.
“Prevalece una condición general de disminución de los caudales entrantes al tramo argentino del río Paraná. Los niveles fluviales continuarán en la franja de aguas bajas por lo que la tendencia climática al 31 de marzo de 2022 es desfavorable”, concluye el informe.