En la Rosada aseguran que no van a cambiar el rumbo tras el acto y que «los gremios son parte del problema».
La histórica marcha que cientos de miles de docentes hicieron a Plaza de Mayo en reclamo por la apertura de una paritaria nacional no modificó la postura del Gobierno respecto del conflicto que mantiene a millones de chicos sin clases desde el alterado inicio del ciclo lectivo.
No es casual que justo el día de la marcha federal de los maestros, el ministro más político, Rogelio Frigerio, se mostrara con un gobernador kirchnerista como Gildo Insfrán en la inauguración de una escuela en Formosa.
El propio Mauricio Macri, que optó este miércoles por pasar el día lejos de la marcha de los docentes, buscó dos fotos con gobernadores.
Tras dar la orden de zarpada de la fragata Libertad, visitó al correntino Ricardo Colombi y al salteño Juan Manuel Urtubey.
Al lado de Gildo, Frigerio pidió «rendir homenaje» a las maestras de Formosa, provincia donde se dictan clases con normalidad desde el comienzo del ciclo lectivo.
«Hay muchos problemas salariales o problemas de condiciones laborales, pero están ahí y abren la escuela para que los chicos aprendan y no interrumpir el futuro de la patria», destacó el ministro del Interior para diferenciar a los maestros formoseños de los bonaerenses.
«Estamos convencidos que los gremios son parte del problema», afirmaron a LPO en la Rosada y remarcaron que la marcha estaba «teñida de kirchnerismo».
Macri había encabezado la embestida contra los gremios este martes, cuando junto al ministro de Educación, Esteban Bullrich, presentó los resultados de la «Prueba Aprender» para dar un duro diagnóstico sobre el estado de la educación pública.
Bullrich relacionó esos malos resultados con la cantidad de paros que sufren las escuelas públicas.
